DISCURSO DE ORDEN

DÍA DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL TÁCHIRA

(23 DE MAYO DE 2011)


Dr. José Pascual Mora García
Individuo de Número y
Expresidente de la
Academia de Historia del Táchira.



“Papá, explícame para qué sirve la historia” pedía hace algunos años a su padre, que era historiador, un muchachito allegado mío… No alcanzo a imaginar mayor hallazgo para un
escritor que saber hablar por igual a los doctos y a los escolares. Pero reconozco que tal sencillez sólo es privilegio de unos cuantos elegidos… Algunos pensarán, sin duda, que es una fórmula ingenua; a mí, por el contrario, me parece del todo pertinente. El problema que plantea, con la embarazosa desenvoltura de esta edad implacable, es nada menos que el de la legitimidad de la historia”.
Marc Bloch

INTRODUCCIÓN

Quiero agradecer a la ilustre Academia de Historia del Táchira el haberme elegido por votación como Orador de Orden de esta sesión extraordinaria, en especial al Presidente el Prof. José Ernesto Becerra Golindano, con quien comparto ideales comunes desde hace tiempo.

El reto que nos propone el fundador de la tradición historiográfica es fundamental, la Escuela Annalista francesa representó en el siglo XX una verdadera revolución historiográfica que todavía espera ser incorporada en nuestras investigaciones. Sobre todo para quienes hemos
sido formados bajo ésta tradición historiográfica en Venezuela, llevados de la mano del Gran Maître Dr. Federico Brito Figueroa y el Dr. Reinaldo Rojas, de la cual hay varios académicos en nuestro cuerpo Academia de Historia del Táchira, entre ellos: el Dr. Ramón González Escorihuela, Dra. Inés Ferrero, Dra. Yariesa Lugo, y este servidor.


En 1999, en un discurso de orden en el Ateneo del Táchira se me acercó el Dr. Alberto López Cárdenas y me felicitó alegando que los discursos debían ser discursos y de orden, y que el pronunciado era discurso y era de orden; pues bien permítaseme invocar ese mismo
espíritu que me he propuesto en el compromiso que deposita la Academia de Historia del Táchira en el día de su aniversario. Tenemos siempre la presunción que los historiadores sólo hablamos del pasado y de hechos que no tienen compromiso con el presente y menos con el futuro.
Igualmente tenemos en la impronta que hacer historia es un desfile de autores u fechas, y en ese sentido, quisiera recordar que el gran escritor e historiador Pierre Vilar en su obra: Introducción al vocabulario del análisis histórico (1980), confiesa que cuando en un auditorio luego de dar un conferencia le comenzaron a preguntar por fechas y autores, respondió que para eso no había sido historiador. La historia lineal y cronológica ha sido desplazada por la historia científica desde mediados del siglo XX y tenemos que nutrirnos de las tendencias historiográficas emergentes.

La historia no pues es el estudio del pasado, sino el estudio de “los hombres en el tiempo” (Bloch), por tanto, no hay historia sin abordar el presente por el pasado y el pasado por el presente. Asumo pues, la responsabilidad para hablar como libre pensador, pues siempre es más fácil hablar del pasado que asumir la responsabilidad del tiempo presente. Inspirados en Ramón J. Velásquez en su obra Los pasos de los héroes (1981) queremos seguir su comprensión de la historia al decir que “la historia no es futurología, ni paleontología. Pero si brinda al investigador, al estudiante y al curioso impertinente, los elementos de información y juicio para poder adivinar entre las sombras de la madrugada qué es el futuro, los posibles pasos de una comunidad que vive en un escenario tradicional y tiene hábitos mentales, usos y costumbres que perduran por encima del cambio de las modas.” (Velásquez, 1981:XVI). Nos enseña magistralmente que la historia no solo se remite al estudio al tiempo pretérito. La facultad que ha tenido Ramón J. Velásquez por escribir con conciencia de la historia inmediata lo alinea en la tradición
historiográfica desarrollada por Carlos Barros, del Grupo de Historia a Debate de la Universidad Santiago de Compostela. Por eso, Pedro Grases, lo define como “un espíritu vigilante”, a lo que agrega: “Toda República necesita de espíritus vigilantes que sepan y se atrevan a formular sus
advertencias para el bien común. Este es el papel que el Dr. Velásquez se ha impuesto a sí mismo como primera obligación.” (Grases, 2003:65). He aquí la sabiduría de este pensador tachirense quien es ejemplo para las nuevas generaciones de historiadores que todavía viven enclaustrados en nuestras universidades y academias sin participar en la vida pública del país. El Dr. Velásquez además de ser uno de los fundadores del antiguo Centro de Historia del Táchira en 1942, sigue activo pasado los 94 años como testigo de los tiempos; más que un historiador es un pensador de la filosofía de la historia. Es un titán viviente de la estirpe de los intelectuales que nos lego el siglo XX; su nombre estará junto a los de Arturo Uslar Pietro, Mario Briceño Iragorry, Mariano Picón Salas, Luis Beltrán Prieto Figueroa, y la intelligentsia venezolana. Su trazo no se reduce simplemente a modelar la llamada Historia Patria, ni sólo a contar lo local o a recrear el acontecimiento sino que arriesga sus propias ideas con un sentido fundante, es decir, sabe dar cuenta de qué, cuál historia, y cómo se construye la historia, porque ha sido actor y conoce todas las patologías sociales sobre las cuales se funda. Nunca fue mercader de la historia y ese ejemplo es vital, la historia celestina debe superarse. Igualmente se deslinda de la supuesta neutralidad valorativa con que algunos historiadores pretenden contar la historia sin tomar partido, es pues un pensador comprometido al decir Jean Paul Sartre; no es un eunuco ideológicamente hablando. Y ese es el ejemplo que queremos seguir.

Hoy celebramos los 20 años de ser elevada a la categoría de Academia, la Academia de Historia del Táchira recibió ese reconocimiento en 1991, por decreto gubernamental siendo gobernador del estado Táchira el Lic. José Francisco Ron Sandoval. Pero la Academia hunde sus huellas en la vieja Atenas griega. La Academia fue fundada por Platón, y sólo sabemos de la Academia por la contribución de sus discípulos, no quedaron vestigios de la infraestructura. Fue el primer centro científico de Occidente, allí se descubrieron los pilares de la ciencia, como es el problema de la cuadratura del círculo descubierto por Arquitas de Tarento y que sólo fueron dilucidados con el descubrimiento de los geometrías no euclidianas a mediados del siglo XIX. Por eso el principal desiderátum de la Academia debe ser dejar ESCUELA en el sentido griego de la expresión, dejar generaciones que muestren su contribución a la sociedad. Por eso cuando la universidad nació como institución en el siglo XI, nace apadrinada por la Academia griega; San Agustín se encarga de cristianizar a Platón y Santo Tomás de Aquino teologiza la física de Aristóteles. De manera, que la historia de la universidad está emparentada con la historia de la academia.

La universidad y la ACADEMIA son una y la misma institución. Y en el caso de la Academia de Historia del Táchira ha sido una constante, porque los Individuos de Número han sido en su inmensa mayoría profesores universitarios y sacerdotes gestores de la fundación de las principales universidades desde la antigua Escuela de Ciencias Políticas, cuya creación se remonta al 22 de septiembre de 1936 siendo Presidente del Estado Táchira el Dr. M. A. Pulido Méndez, pero sobre todo con la creación de la UCABET en 1962, la Escuela de Educación de la ULA- Táchira en 1966, la UNET en 1974 y la gran diversidad de instituciones universitarias nacidas desde entonces. Qué más oportuno que incorporar como Miembro Honorario en el día de la Academia de Historia del Táchira, a un heredero de esas raíces fundacionales, como lo es el Dr. Cesar A. Pérez Vivas, quien ha sido formador de talentos, profesor en la Escuela de Derecho de la UCABET, y otras institucionales a nivel nacional. Y que hoy se destaca como Gobernador del estado Táchira desde donde sigue ejerciendo su mecenazgo en la construcción del ser universitario.

Su gestión gubernamental se construye con talento y apoyo al ser universitario tachirense que se evidencia en la consolidación del Fondo Editorial Simón Rodríguez, como un ente editorial de primer nivel académico, bajo la Dirección del Dr. Román Hernández Dávila y la incansable labor de la Lic. Paula Zambrano.

El fomento de la Tecnología de punta en el desarrollo de nuestras ciudades, como lo es el Proyecto de Ciudad Polonia y Ciudad Pedrera, pero sobre todo, con el estímulo a la Propuesta Tecnológica para que San Cristóbal sea una ciudad tecnológicamente sustentable en el siglo XXI,
como es el caso del Sistema de Transporte Masivo Aerosuspendido, sueño y proyecto de ese futurólogo tachirense como es el Dr. Luis Farias, oriundo de la Atenas del Táchira. Quisiera destacar un detalle fundamental en estas propuestas, y es que es un proyecto hecho por tachirenses y para ser construido por empresas y materiales tachirenses y venezolanos. Pero por encima de todo, porque es diseñado por un grupo de jóvenes ingenieros (as) de primer nivel egresados de nuestras universidades: UNET, ULA, Santiago Mariño, UCV, entre otras. Quiero aprovechar su presencia para felicitarles por creer en el Táchira y Venezuela, son ellos: Ing (s) Mecanicos Any muñoz y José Antonio Redondo; Ing (s) Electrónicos Edwin Hernández y José Luis Salazar; Arquitectas Elizabeth Estruve, Natali Noguera y Mariangela Parra Puccaco; Ing (s) Informática Marisabel Ramírez y Jorge Romero. Entre otros.

Gracias por apostar por nuestras generaciones de relevo en momentos en que se niegan las oportunidades a nuestros jóvenes científicos y empresarios regionales, como si fuera que en Venezuela no tuviéramos intelectuales, científicos, empresarios y mano de obra calificada para desarrollar nuestro país.


Desde el punto de vista del desarrollo de la ciencia de la historia en el Táchira, reconocemos y agradecemos su constante solidaridad, es bueno puntualizar que por primera vez se realizaron tres congresos internacionales de historia: 2009, 2010 y 2011, para presentar en un apoyo
mancomunado en la UNET, ULA-Táchira “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez”, UCAT, y IUFRONT a un nutrido número de investigadores nacionales e internacionales para la celebración de las fechas bicentenarias de los procesos de independencia, cuatricentenario del Santo Cristo de La Grita (en donde construyó e inauguró el Museo consagrado a la imagen) y los 450 años de la Ciudad de San Cristóbal. Hecho sin parangones de la geografía nacional. Con una asistencia de más de 300 historiadores de Colombia, España, México, Perú, y Venezuela durante los tres eventos; en el primer evento tuvimos 100 comunicaciones científicas, en el segundo 200, y en el tercero, que fue binacional: Colombia y Venezuela, 50 trabajos. En momentos en que era casi imposible tener invitados internacionales por la coyuntura cambiaria y la mengua de los recursos a nuestras universidades. Por eso queremos agradecer al tren ejecutivo del Instituto Oficial de Beneficiencia Pública Lotería del Táchira, y en especial al Lic. Ángel Pernía, su presidente. Sin su aporte no hubiese sido posible la consolidación de estas actividades culturales y científicas.
Actualmente preparamos las Memorias de los congresos para ser editadas, como testigos que hemos sido de los tiempos.

La Comisión Bicentenaria por decreto del Gobierno del estado Táchira, que tuve el honor de presidir junto a la Dra. Jeanette Castro de Bustamante y el Diputado (actual) Lic. Walter Márquez Rondón, logramos desarrollar más de 22 conferencias en la gran mayoría de las
instituciones universitarias, en mancomunidad con la Comisión Bicentenaria del Municipio Libertador del estado Mérida, y se develaron tres placas conmemorativas, en La Grita, San Cristóbal y San Antonio, relativas a los 200 años del Movimiento Autonómico y Juntista
desarrollado en el Táchira en 1810.

Igualmente, queremos destacar el apoyo con el Decreto 335, al Proyecto del Archivo Digital del Táchira “Mons. Carlos Sánchez Espejo”, con el cual se desarrolla una plataforma digital para inscribir los estudios históricos en la Era Digital. Esta iniciativa que nació del Grupo de Investigación HEDURE, cuenta con la anuencia de la UNESCO para la preservación del patrimonio histórico y cultural de la humanidad, la declaración de Berlín y la visibilidad de ciencia del Repositorio institucional de la ULA: www.saber.ula.ve. Trabajamos sin descanso
actualmente en la formación del semillero de investigadores, en la cual tenemos proyectados convenios con importantes archivos en Colombia, España y Venezuela para la conformación de la data y el desarrollo del soft ware libre. En esa dirección hemos traído el convenio del Doctorado
en Historia con la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en Tunja, así como de la Universidad Pablo de Olavide de España para desarrollar los estudios de V nivel, en un equipo que coordina el Dr. Omar Pérez Díaz y con la anuencia del Decano Vicerrector de la ULA-Táchira, Prof. Alfonso Sánchez.

También bajo la cooperación interinstitucional con la UNET adelantamos el convenio de Maestría en Historia con la UCLA, gracias al Rector Dr. José Vicente Sánchez Frank y al Dr. Edgar Pernía, Decano de Postgrado. Actualmente desarrollamos el Diplomado de Historia comparada de la región fronteriza Colombo-Venezolana sirve como una proceso de inducción al mismo.

Siempre ha sido un clamor el desarrollo de una Universidad de la Frontera, hemos tenido iniciativas en el pasado, recuerdo que hasta un rector simbólico tuvimos, pero hoy se hace cada vez más necesario que retomemos esas ideas integradoras, que tienen un antecedente positivo en la CEU.

En ese sentido, el Dr. Omar Pérez Díaz junto a un equipo de investigadores en los que está el Lic. Alfonso Omaña, y el nodo de Naciones Unidas de la ULA-Táchira, adelanta con apoyo de la
Gobernación del Táchira el proyecto de Universidad Binacional. Hemos sido actores en la construcción de la universidad binacional, y para ello ponemos nuestra experiencia con importantes centros y redes académicas de Colombia, como lo es RUDECOLOMBIA, ente que aglutina 12 universidad estatales de Colombia, y de la cual soy, modestia aparte, investigador asociado desde hace diez años. Actualmente el convenio entre la ULA-Táchira y Rudecolombia está en proceso de aprobación. Como podemos ver, soñamos pero sobre la base de nuestro trabajo sistemático. No improvisamos nada.

Permítaseme entrar a esta altura del discurso en un tema que como universitario no puedo eludir, y es el que tiene que ver con Reforma de la Universidad y el estado en que se encuentra hoy.

La autonomía es el tema en la palestra, y con razón; porque “la autonomía es a la universidad como la libertad a la democracia” en palabras del exrrector de la UCV, Dr. J. M. Bianco. La UNIVERSIDAD NO NACIÓ PARA SER PUESTA AL SERVICIO DE IDEOLOGÍA O
PARCIALIDAD POLÍTICA EN FORMA EXCLUSIVA, LA UNIVERSIDAD ES POR EXCELENCIA EL ESPACIO DEL LIBRE PENSAMIENTO, EL PENSAMIENTO ABIERTO Y LA DIVERSIDAD; no puede ser la caja de resonancia de ningún proyecto unívoco, por sublime que se pretenda ser.

Por eso, cuando se enuncia en la fallida LEU-2010 que la Educación Universitaria define su TELEOLOGÍA “en el marco de la construcción de una sociedad socialista” (Cap I. Art. 3) no está respetando la diversidad que es intrínseca al Sistema Democrático. La educación siempre ha
generado un modelo social a partir de la influencia ideológica dominante, pero eso no quiere decir que pueda o deba imponerla en la Ley. Si eso fuera así cada vez que un partido asumiera el gobierno debería reestructurar la Ley para ponerla a su servicio. Una cosa es la sociedad y otra la

construcción de la nación. La LEU debe estar en función de la construcción de la nación, que sea coyunturalmente la ideología dominante el liberalismo o el socialismo, no quiere decir que deba imponerse en el espíritu de la ley. Por eso decimos que en la LEU-2010 no se puede imponer la ideología dominante, esa es una pugna que se debe dilucidar coyunturalmente. Es necesario que la ley deje abierto el espacio a los modelos emergentes y subyacentes en la ideología dominada.

En los principios y valores, contenidos en el Art. 4, se exponen los lineamientos AXIOLÓGICOS, y en el numeral 12, incorpora el concepto de “modelo productivo socialista” que no sólo es contrario a la Constitución de 1999, sino que como categoría económica no existe, en todo caso, se debería hablar de MODO DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA para ser consecuentes con las categorías marxistas.
Lo propio sucede cuando al hablar de las Instituciones de educación universitaria de gestión popular (Art. 14), dice que se orientan en “la construcción de la Patria Socialista Bolivariana.” El concepto de “Patria Socialista Bolivariana” es un híbrido que no se corresponde ni histórica ni
filosóficamente. No tiene correspondencia histórica, porque la Patria se construye en el tiempo de larga duración, por eso estamos celebrando los doscientos años de los procesos de independencia (1810-2010). La Patria es un proceso que se construye entre todos los factores ideológicos: los
dominantes y los dominados. (Cfr. Louis Althuser) Sería excluyente y simplista el atribuir a sólo la ideología dominante la responsabilidad de la construcción de la Patria. Esa inconsistencia es porque la LEU-2010 confunde Patria con gobierno. La Patria es un concepto inherente al
concepto de Estado-Nación, que se construye en el tiempo de larga duración, o lo que los historiadores franceses: Fernand Braudel y Jacques Le Goff, denominan tiempo estructural. En cambio el gobierno es un hechocoyuntural en el proceso de construcción de la nación.

Luego, en el mismo Art. 48, numeral 2, se repite el término “Patria socialista” pero sin el adjetivo de “bolivariana”, que había sido enunciado en el Art. 14. Lo cual no sólo es un obstáculo epistemológico al no mantener un lenguaje común mínimo a lo largo del texto legal, sino que
despacha la única categoría que es Doctrina Estado según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En ese sentido, podríamos pensar que lo que priva en la LEU es el desarrollo del enfoque socialista más que el ideal bolivariano.

El Estado Docente no puede ser una camisa de fuerza para la investigación abierta ni para el pensamiento plural y diverso. Hoy lamentamos las intromisiones del Estado venezolano en la autonomía universitaria, al intervenir la ejecución de los recursos y limitar la producción de conocimientos y la visibilidad de los investigadores en el exterior.

Recordemos el ejemplo dado por Bolívar en esta dirección, cuando en 1827 al elaborar los estatutos de la UNIVERSIDAD REPUBLICANA dejó plasmada la expulsión del CENSOR REGIO que controlaba hasta los libros que se debían leer; fue Bolívar el que devolvió al claustro
universitario el principio rector de su gobierno autonómico, y fue Bolívar el que eliminó el servicio militar de los estudiantes. La formación militar es propia de los institutos militares que se forma para el arte de la guerra y la virtud armada; la universidad fue creada para formar al hombre civilista y la virtud civil. Pero en democracia, que en palabras de Montesquieu es el
gobierno republicano, la virtud armada debe estar subordinada a la virtud civil, y no al revés. Bolívar fue un defensor de la universidad y democracia sin restricciones, por eso denominó a la universidad de 1827, UNIVERSIDAD REPUBLICANA.

En 1998 los investigadores de nuestras universidades, con un barril de petróleo a 8 dólares, teníamos el derecho de poder participar en un congreso o foro internacional una vez al año con apoyo de los respectivos CDCHT, previa demostración de la productividad académica entre los
periodos en los cuales se hacía la solicitud. Paradójicamente cuando más hemos tenido ingresos petroleros menos ha sido el apoyo a los investigadores; veamos: en el año 99 subió a 12 dólares el barril, en el 2000 a 20 dólares, en el 2001 a 34, bajo en el 2002 a 30 dólares el barril, en el
2003 subió a 34 dólares, en el 2004 subió a 38 dólares el barril petrolero; en el 2005 a 50 dólares, en el año 2006 a 60, en el año 2007 a 65 dólares el barril petrolero, y en el año 2008 record histórico al vender el barril a 116,57 dólares.

El derecho ganado por los investigadores en nuestras universidades es menoscabado, y se fue cercenando lentamente, primero se redujo a dos años, y últimamente, es muy lamentable que se tenga que pedir permiso a la Vicepresidencia de la República para que se autorice un pasaje o
subvención a un investigador, no podemos seguir aceptando esta censura oficial. Insólita en el mundo, sólo conocidas en la cortina de hierro y países totalitarios.

Agregándose a este hecho que las contribuciones del conocimiento no pueden estar sujetas a la concepción lineal del tiempo, sino que se discuten en el tiempo real. La triangulación de los resultados de nuestros trabajos es una exigencia del mundo académico internacional, y cómo
poder hacerlo con estas limitaciones. Los estándares que miden la investigación son internacionales, como es el caso de las revistas indizadas, con los índices: SCI, LATINDEX, REDALYC, SCIELO, etc. El conocimiento hoy por hoy no se discute o se valida en forma endógena, sino que necesariamente tiene que ser validado externamente, sumándose a éste el hecho de que son las redes académicas nacionales e internacionales las que en definitiva acreditan a los investigadores reconocidos.
Por cierto que es una condición que se exige para ser acreditado en el PEI de la ONCTI 2011, pero que sin embargo, se niega al investigador la oportunidad de construir ese perfil o continuarlo en el caso del investigador de punta. En Venezuela vivimos la paradoja en la que ser un investigador de productividad reconocida, excelencia probada y formador de talentos, es
malo. Ésta estigma amenaza con destruir la investigación en nuestra universidad venezolana. Cuando en los países del primer mundo sucede lo contrario, se les estimula y protege porque son el futuro de esas naciones.

Por otra parte, los programas que protegían la formación de las generaciones de relevo han sido prácticamente cerrados. Los llamados Plan II, que era una figura que tenía la universidad para captar a los estudiantes más destacados y formarlos como futuros profesores ha tenido que restringirse por falta de presupuesto.

Las políticas del gobierno en su defecto estimulan un estado de locura dulce en la que se busca igualar por abajo, discriminando la excelencia y la productividad. Estamos de acuerdo que se debe dar la oportunidad a todos en igualdad de condiciones pero, al mismo tiempo, debería premiarse a los investigadores que se destacan más en sus responsabilidades académicas. Es un sofismo el pretender igualarnos por abajo.

Este llamado es un clamor que hacemos los académicos a nuestros Diputados a la Asamblea Nacional para que podamos desarrollar nuestras investigaciones en constante intercambio con los pares académicos del exterior. Sobre todo, porque no habrá posibilidad con estas políticas
interventoras de estar al nivel académico ni al ritmo de nuestros pares internacionales. Si las distancias ya eran grandes entre los centros hegemónicos del conocimiento: CEU, Japón y EEUU, qué podemos esperar cuando hoy se tiene que presentar a la burocracia del Estado Mega-actor la autorización para que se apruebe un viático al exterior.

Igualmente sucede con la llamada reposición de cargos en nuestras universidades, y la formación permanente del profesorado, las cuales se han reducido a más del 50% por los presupuestos meguados y reconducidos.

No entendemos por qué si se ha hecho el esfuerzo de la inversión en educación para ponernos al estándar propuesto por la UNESCO, según las políticas oficiales del Estado venezolano, cómo es que no se llega a sincerar los recursos y sueldos de nuestros universitarios por lo menos con
el estándar de los mejores países latinoamericanos.

Cuándo me formé en la década del ochenta en la UCV tuve la suerte de tener profesores de primer nivel, que eran fugas de talentos de los países del sur, que venían huyendo de las dictaduras militares, y esa formación fue muy favorable. Pero buscaban a Venezuela porque la fortaleza del bolívar les favorecía, ahora el fenómeno parece ser a la inversa, de hecho tenemos
una fuga de talentos, de investigadores que se jubilan precozmente, y sobre todo de nuestras generaciones de relevo. Así nunca podremos salir adelante, devorando como Saturno a sus mejores hijos y excluyendo del apoyo a los investigadores que demuestran alta competencia en sus instituciones académicas, por mantener una visión crítica sobre las políticas oficiales.

La definición de universidad está emparentada con la investigación, una universidad sin investigación no es una universidad. Pero los investigadores no se hacen en serie. Es un oficio y una vocación. Y debo hacer un llamado al recinto universitario para que apoyemos a nuestros
investigadores, por encima de las políticas de turno. Los CDCHT de nuestras universidades han radicalizado la evaluación de los programas al exterior y algunos de los programas de investigación, algo que le viene muy bien a la LEU 2010, pues la investigación no esté considerada en ninguno de las definiciones de la Educación Universitaria, plasmadas en el
Art. 3, y no comparto con quiénes quieren hacer ver que cuando se habla de “creación intelectual” se aluda directamente a investigación. Simplemente porque no siempre la investigación es una creación intelectual. Si fuese así seriamos genios todos.

La Educación Universitaria tal como se enuncia en el Art. 28 viola la autonomía universitaria porque coloca fue de la universidad la gerencia de la investigación, en los llamados Centros de Estudios Territoriales. De esta manera, desaparece la autonomía universitaria en materia de
investigación, en adelante estaría tutelada por una figura parauniversitaria que denominan Consejo Nacional de Transformación Universitaria. Con esta visión quedaría definitivamente la investigación bajo el dominio del gobierno y en maridaje con las políticas de turno.

Esta figura es un genocidio académico, que ya se experimentó cuando se eliminó la convocatoria del PPI en los últimos años, y no se saldaron los compromisos con los investigadores suficientemente. En enero de 2011 el Ministerio de Ciencia y Tecnología reactivo el programa PPI pero con el nombre de Programa de Estímulo a la Investigación (PEI), para lo cual convocó a un Registro Nacional de Investigadores (RNI) cambiando el reglamento anterior e incorporando algunas figuras que no representan un cambio sustantivo.

Por cierto que el Reglamento del PEI retoma el término Investigador A, B, y C para referirse a los niveles más elevados de los investigadores según su productividad. Curiosamente aquí si se retoma el oficio de investigador que había negado la LEU. Pero se somete al investigador a la
tortuosa labor, para los investigadores reconocidos, de incorporar a la página WEB toda la data que ya estaba en el anterior Sistema Promoción del Investigador (SPI), como si fuera que las evaluaciones anteriores, en los últimos 12 años, no fuesen realizadas por los funcionarios del gobierno actual. No entendemos las incongruencias de estas políticas en materia de ciencia y tecnología, pareciera que las hacen sin establecer ninguna conexión entre los diseñadores de estos programas, los representantes del poder nacional y los respectivos ministros.

Esta política en materia de ciencia y tecnología no se entiende sobre todo cuando se había realizado un trabajo encomiable al frente del Ministerio de Ciencia y Tecnología por parte de la Dra. Daissy Marcano. En el año 2007 la Dra. Daissy Marcano, entonces presidenta del
Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología (ONCTI), presentaba en el VII Congreso Iberoamericano de los Indicadores en Ciencia y Tecnología realizado en Sao Paulo un balance positivo a la comunidad internacional enel que señalaba que en términos de investigadores por habitantes se experimentaba un crecimiento, y nos ubicaba entre los países de América
Latina con una proyección en ascenso por cada 10.000 habitantes.Venezuela reportaba para el año 2007, un total de 5222 investigadores reconocidos por el PPI. Pero la situación cambió desde que en el año 2009 se experimentó un silencio en las convocatorias anuales para la clasificación y evaluación de los investigadores. Así como el incumplimiento y/o retraso del pago de los trimestres de las becas-premio establecidas en el Reglamento del PPI de los investigadores clasificados. Circunstancia que se agravó con la reforma de la LOCTI (Art 53) aprobada
en primera discusión en la Asamblea Nacional en donde se eliminaba el Observatorio Nacional de Ciencia y Tecnología (ONCTI), organismo al cual se adscribe el PPI. (Curiosamente en el 2011 se reactiva la ONCTI) Esta situación generó una gran incertidumbre en la comunidad científica
nacional, porque permitía ser el referente nacional de la metaevaluación de la calidad de la investigación de nuestras universidades, dando estimulo a los postgrados, a la conformación de grupos y centros de investigación, a la creación de redes académicas nacionales e internacionales, y propiciando incentivos a las publicaciones científicas en revistas indizadas nacionales e
internacionales. La proyección de la Dra. Marcano nos auguraba buenas noticias, pero hoy nos cobija una gran impotencia que nos afecta a todos los investigadores; si tomamos en cuenta que un investigador para poder alcanzar la máxima categoría de PPI nivel IV o la de Emérito, tenía que atravesar una larga carrera de más de 25 años de investigación sistemática y validación de su productividad por los pares nacionales e internacionales.

En Venezuela todavía estamos lejos, con 1,8 investigadores por cada 10.000 habitantes, si los comparamos con los índices de algunos países de América Latina, Europa y Asia. Veamos: Chile tiene 5 investigadores por cada 10.000 habitantes; Brasil tiene 6 por cada 10.000 habitantes, España tiene 7 por cada 10.000 habitantes; Alemania tiene 32 por cada 10.000 habitantes; y Japón tiene 40 por cada 10.000 habitantes.

En la convocatoria de PEI de la ONCTI realizado en marzo 2011 se señala que se superaron los 10 mil participantes en la convocatoria, pero nuevamente jugamos a cambiar los estándares para igualar por abajo, pues se incorporaron dos figuras como los llamados Innovadores A y B, que en
el caso del Innovador A podría ser acreditado sin demostrar ningún nivel de formación, con tan sólo una constancia de un consejo comunal que certificara que “ha participado en proyectos de innovación, tendientes a satisfacer necesidades a la población venezolana”, y “haber realizado
actividades de innovación, con impacto en espacios comunales y sociales.” (Reglamento PEI-2011) Como si fuera que la ciencia tuviera una acción refleja sobre el impacto social y cultural; ese criterio está bien para certificar promotores sociales pero no científicos.

Con estos criterios tan ambiguos lo que se hizo fue banalizar el trabajo del investigador. Recordemos que en el anterior Programa PPI, existía una figura preliminar a los Investigadores, que eran los Candidatos a PPI, pero éstos tenían que demostrar su nivel de formación: pregrado,
maestría, y cumplir con las condiciones de investigador en formación. Por esa vía lo que se hace es desprestigiar el programa anterior que era validado rigurosamente y reconocido internacionalmente.

Apreciado colegas de las respectivas academias, Sr. Gobernador del estado Táchira y Miembro Honorario, invitados (as) especiales, quisiera finalizar con una enseñanza de un maestro sufista, Osho, quien nos invita a luchar contra las dificultades:

"Un arroyo, desde su nacimiento en las lejanas montañas, después de atravesar todo tipo de paisajes, alcanzó por fin las arenas del desierto.
Igual que había cruzado todas las demás barreras, el arroyo trató también de cruzar ésta, pero se encontró con que en cuanto se adentrabaen la arena sus aguas desaparecían. Sin embargo estaba convencido de que su destino era cruzar ese desierto, y de que a la vez no había manera
de cruzarlo. Entonces una voz oculta, que salía de las arenas del desierto, le susurró:
- El viento cruza el desierto, e igualmente puede hacerlo el arroyo. El arroyo objetó que estaba arremetiendo contra la arena, pero que sólo estaba siendo absorbido; que el viento podía volar y por ello podía atravesar el desierto.

_ Arremetiendo de tu manera habitual no podrás atravesarlo. Replicaron las arenas. Desaparecerás o te convertirás en un lodazal. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino.

- Pero ¿cómo puede suceder esto?

- Dejando que el viento te absorba…

Y el arroyo hizo ascender su vapor hacia los acogedores brazos del viento, que suavemente y con facilidad le llevaron hacia arriba y a lo lejos, dejándole caer con suavidad en cuanto superó el desierto.

Fue así como las arenas señalaron el camino del arroyo. Y por eso se
dice que el camino por el que el arroyo de la vida tiene que continuar su
viaje está escrito en las arenas."


Gracias,

Señoras y Señores.